lunes, 8 de abril de 2013


Todos a pensar!

Mi confrontación con la docencia

Ricardo Martínez Gacía.

Comencé a dar clases en el año de 1991 cuando aún no había terminado la carrera de Filosofía. Había necesidad de profesores en el Colegio de Bachilleres y un jefe de materia andaba a la búsqueda de quienes pudieran dar clases. Una amiga a la que le habían hecho la invitación no podía ir, así que me comentó y yo fui en su lugar. La escuela en cuestión (el plantel 8, Cuajimalpa) quedaba como a hora y media de mi casa, pero eso no fue obstáculo y comencé a dar clases, a pesar de entrar a las siete de la mañana.

De inmediato me di cuenta de que la idea que generalmente se tiene de los profesores es que son personas sabias, educadas, que lo pueden resolver todo pero que sobre todo  saben o deben saber muchas cosas, pero no siempre se cumplen estos ideales. Mis alumnos inicialmente se desconcertaron ante mi juventud de ese entonces, pero con base en conocimientos y en cierta capacidad expresiva pude ganarme –aunque no siempre- su respeto y reconocimiento. La edad, conforme pasan los años, va dando ese respeto de manera natural, pero el reconocimiento sí que se lo debe ganar cada uno con el desempeño en el trabajo.

Casi siempre he intentado ceñirme a los programas de estudios de las asignaturas que he impartido. He hecho cursos para planear y operar con mejor organización o sistema los elementos curriculares de estas asignaturas. Pero como señala uno de los textos que hemos leído en el primer módulo de la Especialidad en Competencias Docentes, titulado La aventura de ser maestro, una cosa es lo planeado y otra estar frente a grupo. La improvisación a veces resulta ser un gran recurso, siempre que no sea la regla.

La ventaja que tienen las asignaturas que he impartido, como lo son Lógica y Filosofía, es que nos permiten abordarlas y ejemplificarlas de manera diferente siempre, asociarlas constantemente con aspectos que se ven o se viven diariamente, y así mostrar su actualidad e importancia.

La docencia para mí entraña una gran responsabilidad, sin importar el nivel en el que se trabaje. Dependiendo del modo en el que la he ejercido será que motive a los estudiantes a saber o aprender más, o que les despierte el deseo por el conocimiento, o al menos que les permita ser conscientes de aspectos que a veces están ahí pero no somos capaces de notar.

Lo peor que puede ocurrirme –y que es para mí motivo de insatisfacción y hasta de frustración- es que alguien que ha sido mi alumno me diga que lo que vio en mis clases no le haya servido de nada (alguna vez un ex alumno me lo dijo). Por otra parte, más de un ex alumno se decidió a estudiar filosofía de manera profesional, y tuvo la gentileza de decirme que tal decisión había tenido lugar luego de cursar tal asignatura conmigo.

Ser profesor, en cualquier nivel, es realmente un lujo y un privilegio pero también un enorme reto y responsabilidad, entraña la capacidad de sacar lo mejor de nuestros estudiantes, de mostrarles cómo y por qué es útil y provechoso estudiar, así como la satisfacción que se puede sentir al aprender, o la satisfacción de alcanzar ciertos grados de conciencia.

Ahora, a la luz de los dos módulos cursados en esta Especialidad en Competencias Docentes, impartida a distancia por la Universidad Pedagógica Nacional, hemos aprendido muchísimo sobre aspectos de gran relevancia, como la importancia de la planeación didáctica, que es una forma de intervenir en el proceso de aprendizaje-enseñanza basada en las competencias propuestas por la Reforma Integral de la Educación Media Superior.

Esta especialidad ha puesto de manifiesto la necesidad de planear mis estrategias de enseñanza y aprendizaje, pues pone de relieve la importancia de la capacitación constante por mi parte como docente. Hemos aprendido, mis compañeros y yo, a lo largo de estos módulos, a planear propuestas de intervención que entrelazan la formación en competencias tanto disciplinares como actitudinales, con el fin de conseguir mejores resultados con nuestros estudiantes.

Ahora comenzamos a ver con mayor detalle el uso didáctico de la Web, a partir de WebQuests y de los elementos que las TIC´s ponen a nuestro alcance, como la Web 2.0 y los micromedios, del cual este blog es un ejemplo.
Competencias virtuales

Los saberes de mis estudiantes en el uso de las TIC y de Internet

Ricardo Martínez García

Como la mayoría de los estudiantes saben qué es y usan constantemente el buscador de google generalmente para obtener información sobre tareas o investigar aspectos de sus tareas, les he propuesto que para comparar la calidad de estas consultas, cada una de ellas se haga en al menos cinco fuentes diferentes, y luego se realice una comparación y análisis de la forma en que se usan los conceptos.

Esto permitirá la consulta, a la larga, de diccionarios especializados, que hasta ahora solo usaban a menos que se les indicara. La idea es que usen cada vez menos las páginas más populares pero menos precisas para elaborar sus tareas, mejorando tanto su capacidad de búsqueda, de análisis y de comparación.

También el uso de la información obtenida en los buscadores a veces implica su plagio, ya que pocos colocan la cita con la referencia digital de la fuente que están usando, por lo que solicitaremos que cada vez que se use este tipo de fuente, se cite correctamente y lo más concretamente que se pueda.

Muchos de nuestros estudiantes tienen internet en casa, o algunos tienen la posibilidad de ir a hacer uso de los cibercafés, pero algunos otros ni siquiera tienen computadora. Entonces la idea es tratar de homologar, compensar el uso de las computadoras, ver el modo de que todos puedan usar al menos dos o tres veces a la semana las computadoras, con fines de aprendizaje.

En el Colegio de Bachilleres, plantel 5, existe una red escolar, pero pocos ingresan porque la clave debe ser tramitada. La idea entonces es que se solicite por escrito a las autoridades la clave de acceso, y los que puedan contar con su computadora portátil lo hagan, para realizar actividades como consulta, compartir información, revisar contenidos, etc.

En las asignaturas a mi cargo, se solicita ante todo la consulta de datos sobre corrientes filosóficas (contenido conceptual) pero el mismo uso de la tecnología puede considerarse una forma de contenido actitudinal.

Además en internet es mucho más probable encontrar datos actuales sobre las problemáticas situacionales planteadas en el inicio de cada unidad o módulo de los que constan nuestras asignaturas. Es decir, es posible encontrar noticias relevantes, ensayos, conferencias que nos contextualicen las situaciones, con el fin de conocer el contexto de estas problemáticas, y que eso permita luego analizarlas desde la filosofía.

Con esto, se puede incluso pedir que el aprendizaje colaborativo se canalice a través de la creación de un blog para cada grupo dentro de la clase, y que en ella vayan vertiendo tanto sus participaciones, sus reflexiones, los miembros del equipo.

Es cierto que hay algunos problemas en el uso de la red, como los que se mencionan en el texto de Andrés García Manzano, que dice:

“3.          El acceso a Internet es problemático por lo que respecta a la calidad, disponibilidad, dispersión e intencionalidad de los contenidos. Aunque un porcentaje insignificativo de sitios Web tiene carácter educativo, 80% está en inglés. Por otro lado, los estudiantes suelen nadar inermes en un océano de información confusa y fragmentaria cuya calidad y fiabilidad escapa a su control”.

Estrategias para compartir contenidos de la Web

A manera de estrategia para que todos compartan sus hallazgos, como las formas de hacer las consultas de modo más óptimo por ejemplo, o de sitios de interés por sus contenidos (como WebQuests), se ha planteado la elaboración de un blog especial para cada grupo, o abrir una cuenta en google docs, con el fin de que aquellos que encuentren cosas interesantes y quieran compartirlo, lo hagan en estos espacios o micromedios, y los demás que ingresen a estos sitios puedan compartir tales hallazgos. 

El criterio para los contenidos será el de subir o compartir aspectos relacionados con los temas curriculares. En este sentido, lo que se desee compartir se puede hacer de manera anónima o colocando su nombre. Entonces se debe poner la dirección electrónica de lo que se desee compartir, o realizar hipervínculos que permitan la fácil navegación en esos sitios que se sugieran.

Se solicitará que los más experimentados en la navegación en la Web comenten sus hallazgos no solo en alguno de los micromedios, sino que al estar en el aula lo comenten con el profesor y los demás compañeros. El asunto es que si es algo de interés y relevancia, es necesario compartirlo lo antes posible. La mayoría de los sitios en internet permiten una navegación hasta cierto punto intuitiva, por lo que solo hace falta cierto nivel de instrucción o conducción.